Los libros perdidos de la República Española…

Creo que pocos libros, en la historia extraña de tantos libros, hayan tenido tan curiosa gestación y destino.”

 Pablo Neruda

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Foto: Marco Zouvek ©

En el año 1934 el poeta chileno Pablo Neruda llega a España para ocupar un cargo diplomático de la embajada de su país. Una vez instalado en Madrid se relaciona rápidamente con los poetas de la generación del 27: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Manuel Altolaguirre, José Bergamín, Luis Cernuda, y Vicente Aleixandre, entre otros.

La amistad que lo relaciona con estos intelectuales y los acontecimientos históricos que ocurrirían después, lo llevan a situarse dentro de un contexto ideológico y social al cual ningún poeta de la época era ajeno en ese momento. Las vivencias históricas, su participación en la España Republicana, su adhesión al partido comunista, el asesinato de Lorca y la muerte en prisión de Miguel Hernández, producen un cambio transcendental en su poesía y su manera de pensar.

Neruda mantuvo una activa participación dentro de los círculos literarios en la España de la República. En 1935 publica Residencia en la tierra, con el apoyo de José Bergamín. En febrero se instala definitivamente en Madrid como cónsul adjunto de la Embajada de Chile, y en ese mismo año, por iniciativa de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, dirige la revista literaria Caballo verde para la poesía, llegando a publicar cinco números. A finales de 1936 Pablo Neruda es destituido de su cargo consular en Madrid debido a haber participado en la defensa de la República, y se traslada a París.

En el verano de 1937, Neruda organiza junto a otros poetas desde París el II Congreso Internacional de Escritores y Poetas Para La Defensa De La Cultura, que se celebra en Madrid, Valencia y Barcelona, en el cual consiguen reunir a personalidades como: Louis Aragon, Octavio Paz, César Vallejo, Vicente Huidobro, André Malraux, Ilya Ehrenburg, Ralph Bates, Alejo Carpentier, Nicolás Guillen, Antonio Machado, Bertolt Brecht y Rafael Alberti, entre algunos de los muchos asistentes.

Cualquier visión no simplificadora nos lleva a pensar que hubo poetas importantes en los dos bandos, pero que abrumadoramente fue la España Republicana la que contó con un exponente mayor de voces. En líneas generales, los intelectuales y los poetas permanecieron fieles a la España de la República. Y esta se abrió además a un canto europeo y americano que significa grandes voces de una época.

En el año 1939, Pablo Neruda tiene noticia de los refugiados republicanos españoles que se encuentran en campos de concentración franceses hacinados y en condiciones miserables. El poeta, que entonces se encontraba en Chile, decide embarcarse en una empresa que comprendía trasladar a cerca de 2.200 refugiados españoles desde Francia hacia Chile, contando con el auspicio del presidente chileno Pedro Aguirre Cerda, que lo nombra cónsul especial de Emigración en el país galo.

El poeta decide realizar esta hazaña humanitaria a pesar de que el viejo buque carguero francés que normalmente no llevaba a más de 20 personas fue adaptado para acomodar a los 2.200 refugiados españoles. Neruda participa activamente en la organización de la travesía del Winnipeg, para reunir a familias separadas por la guerra. El Winnipeg elevó anclas una noche del 4 de agosto del año 1939 en el puerto francés de Trompeloup.

 

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Durante la Guerra Civil Española la imprenta de la Abadía de Montserrat se convierte en la “Imprenta Soldados de la República del Ejército del Este”, con Manuel Altolaguirre como su editor. Bajo su dirección, a mediados del año 1938 y comienzos del 39, se edita y se logra imprimir lo que con seguridad serían los tres últimos libros de la República: España aparta de mi ese cáliz de Cesar Vallejo; Cancionero menor para los combatientes de Emilio Prados y España en el corazón de Pablo Neruda. Sobre este libro de Neruda el mismo autor explica en sus memorias: “Creo que pocos libros, en la historia extraña de tantos libros, hayan tenido tan curiosa gestación y destino.”

Los soldados aprendieron a manejar la imprenta y cuando menos pensaban les faltó el papel debido a la escasez de esta materia prima, de modo que decidieron fabricarlo con prácticamente todo lo que pudieron conseguir en el momento. Según palabras del propio Neruda, sobre los insólitos materiales y la total inexperiencia de los fabricantes, el papel quedó muy hermoso.

Foto Marco Zouvek

Dedicatoria dirigida a Pablo Neruda y que figura en “España en el corazón” 1ª edición de 1938 (Ediciones Literarias del Comisariado Ejército del Este) Foto: Marco Zouvek ©

De la primera edición de España en el corazón dirigida por Altolaguirre en el Monasterio de Montserrat (de la que se hicieron 500 copias numeradas y que se terminó de imprimir el 7 de noviembre de 1938) solo quedan 5 ejemplares localizables en el mundo: 2 en la Biblioteca de la Universidad de Barcelona, 1 en la Biblioteca de Catalunya, 1 en la Biblioteca del Congreso de Washington-EE.UU (autografiado por el autor) y 1 en la Biblioteca Central de la Universidad de Chile. Los libros asombran por la tipografía y por los pliegos de su misteriosa manufactura.

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Ejemplar núm. 5 de “España en el corazón” 1ª edición de 1938 (Ediciones Literarias del Comisariado Ejército del Este) Conservado en la Biblioteca de Catalunya (Barcelona) Foto: Marco Zouvek ©

Se realizó una segunda edición de España en el corazón (la primera se repartió entre autoridades del gobierno republicano y fue necesario hacer otra tirada), esta vez de 1.500 ejemplares sin numerar, y que acabó de imprimirse el 10 de enero de 1939. Así lo cuenta en una carta el propio Manuel Altolaguirre. De esta segunda edición se encuentran dos ejemplares únicos, en el Monasterio de Montserrat. Esta es la edición mas rara, debido a que sólo se conocen estos ejemplares que me confirmaron al tenerlos en mis manos que realmente existían, algo que los estudiosos desconocían y que ahora gracias a la investigación que estoy realizando, ya se puede confirmar la existencia de estos valiosos tesoros bibliográficos encuadernados por los monjes del monasterio, cuando los encontraron en rama, Altolaguirre al parecer debido a la llegada del ejercito de Franco a Barcelona, no tuvo tiempo para encuadernar esta segunda edición.

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Estudiando los dos ejemplares de España en el Corazón, de la segunda edición de enero del 39

Estudiando los dos ejemplares de España en el Corazón, de la segunda edición de enero del 39

Estos libros nacen prácticamente cuando muere la República y los sueños de tantos seres humanos que después perecieron en los campos de concentración. Neruda nunca más pisó el suelo de la España que tanto amó.

La historia de la edición de estos libros por Manuel Altolaguirre durante los años de la Guerra Civil 1938-39, a pocos meses que esta finalice, es una prueba de la capacidad humana que tenían estas personalidades de la Generación del 27, que en plena contienda bélica se ocupaban más de leer y de editar que de disparar.

Referente a esto, hablaba con un amigo en días pasados sobre lo literaria que fue esta guerra en el bando republicano por la cantidad de publicaciones que se editaron. En esos años de seguro y aún con todo lo de la guerra, en España se leía más, no había tanto fútbol entonces en las cabezas.

Esta crónica es un homenaje al recuerdo de unos hombres que se volcaron en la impresión de un libro desafiando a la muerte, movidos por la necesidad de la poesía y del compromiso de dos poetas, dos amigos y dos seres humanos: Pablo Neruda y Manuel Altolaguirre.

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Ejemplares de “España en el corazón” 1ª edición de 1938 Foto: Marco Zouvek ©

 

 

3 pensamientos en “Los libros perdidos de la República Española…

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  3. Artículo muy interesante, sólo un comentario, como seguramente sabrá, la primera edición de España en el corazón apareció en Novimbre de 1937 publicado por Editorial Ercilla, SA de Chile con 16 composiciones fotográficas de Pedro Olmos y al final del mismo se dice «Este libro fue comenzado en Madrid, 1936, y continuado en Paris y en el mar, 1937.

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