La Girona de Marco Zouvek

Vaig néixer a Caracas però amb cor català

Fa ja molts anys que vaig arribar a Catalunya des de molt lluny, però sempre vaig tenir la sensació que aquesta terra no m’era gens estranya. Sé que jo vaig néixer a Caracas però amb cor català.

Aquí puc gaudir de tenir 4 estacions, uns vins boníssims i els paisatges gairebé salvatges de la Costa Brava amb els cels color blau mediterrani que sempre porto al cor. Aquí vaig experimentar en primera persona allò que canta El Último de la Fila: «Mi patria en mis zapatos, Mis manos son mi ejército».

Aquesta ha estat i és una terra d’acollida, de pas, això m’explica la meva dona. Ella sempre em diu que aquesta és una terra geogràficament privilegiada, i que tenir el Mediterrani a la vora ha marcat des de temps molt antics el tarannà i el seny de la seva gent, acostumada a acollir a qui arriba i oberta a nous coneixements i a innovar.

Durant un temps vaig viure i treballar a Girona. Aquí vaig conèixer persones entranyables i amics. No puc enumerar-los a tots, tampoc té cap sentir fer-ho perquè ells ja saben que els porto amb mi, però ara estic a punt d’inaugurar la meva primera exposició fotogràfica el proper 2 de maig aquí a Girona, a Vulpellac, i em sento amb necessitat de recordar sobretot 2 persones gironines, dos homes senzills i honests: en Narcís Ferrer i en Jaume Pujol.

Dos catalans de soca-rel que em van acollir a casa seva i que em vam mostrar el que més m’agrada d’aquesta terra: els bons vins i el bon menjar de pagès, les bones estones compartides de conversa i companyia i, per sobre de tot, la solidaritat i hospitalitat que tots dos em van regalar.

L’Empordà, terra de passió i bogeria pels projectes ben fets

A en Narcís i en Jaume, cadascú a la seva manera, el que els encuriosia era què feia aquí un veneçolà aprenent català.

Diuen la gent de NUT (la Destil·leria que acull la meva primera exposició) que des d’anys immemorials «l’Empordà ha estat una terra de pas de gent migrant, curiosa, viatgera, exploradora, turista… que ha provocat una barreja de cultures, formant i enriquint el caràcter d’aquesta terra.»

Doncs bé, això sóc jo: Un estranger, un immigrant, un sudaca, un home inquiet, curiós i enamorat de la història i que s’hi va voler barrejar amb els gironins i el caràcter d’aquesta terra. Ells de seguida en van adoptar.

Destil·loturisme i Zona social

Dimarts 2 de maig a les 19.00 hores inauguro la meva primera exposició a Girona i no és casualitat que sigui a ZONA SOCIAL NUT i amb en Jaume Pujol, Brand Ambassador de Destil·leria NUT com amfitrió.

ZONA SOCIAL NUT és un projecte que neix, un somni, una manera de fer. I no puc estar més content d’exposar aquí les fotografies de la Girona que més estimo, la més encisadora, la nocturna, la medieval, la que em va acollir als meus inicis, la que m’agradaria convidar a redescobrir.

Produccció artesanal al cor de l’Empordà

Vull aprofitar per fer una crida a la gent de Girona a apropar-se a Vulpellac, a Destil·leria NUT, per conèixer no només les meves fotografies, sino també el projecte NUT i el seu equip de professionals, les instal·lacions i els productes.

A Desti·leria NUT fan visites guiades, i a Zona Social Nut ho tenen tot a punt per poder desenvolupar tot tipus d’activitats socials.

Us hi esperem!

Dioses y religiones

Todas las religiones se basan en la «creencia» y adoración de lo divino, lo mitológico y lo dogmático. Es como que para pertenecer a una religión determinada es condición, sine qua non, poseer una buena dosis de ignorancia que facilite poder creer en ese algo del que nadie ha comprobado la existencia pero que «se cree» que existe. Algo parecido a lo que sucede con la creencia sobre la existencia de los extraterrestres, pero sin fotografías ni vídeos que intenten mostrar dicha existencia.

La historia dice que las religiones y más concretamente el Cristianismo, que es la religión de la familia que me educó, prosperó cuando los reyes medievales se convirtieron a él. Lo que favoreció enormemente a esta doctrina, porque se benefició del poder político, económico y social que ahora ya compartía con los monarcas.

Ahora bien, todos los primeros reyes cristianos convertidos al Cristianismo lo hicieron porque antes el Dios Todopoderoso les permitió asesinar a un buen número de adversarios en las batallas que organizaban para obtener más riqueza y poder.

En la historia aparece Constantino el Grande como uno de los primeros en adoptar esta religión, después de una visión «milagrosa» en la victoria de la batalla del Puente Milvio, el 28 de octubre del año 312. Después, él mismo fue quien organizó el Concilio Ecuménico de Nicea allá por el año 325, donde se fabricó un Cristianismo a la medida de los intereses del Imperio romano y de los de Constantino, como es de suponer.

Más tarde le siguieron en esta conversión religiosa los reyes de las tribus de los bárbaros que luchaban contra el imperio romano. Todos terminaron jodidos.

Los paganos, como también se llamaba a los bárbaros, consideraban a su religión (pagana) como una fuente de gran poder guerrero. De ahí que la única manera en la que los pueblos paganos pudieran convertirse al Cristianismo fuese logrando que el poder del Dios Cristiano se hiciese patente, o lo que es lo mismo: que ese Dios les concediese un milagro. Y, claro está, en esa época los milagros se pedían para ganar batallas abriéndole las vísceras a los enemigos en el nombre de ese Dios.

El Cristianismo como religión, al igual que el resto de religiones que existen desde la antigüedad hasta nuestros días, nace y crece gracias a las muertes de miles de hombres, en las batallas sin tregua que se han dado en el transcurso de la historia de la humanidad.

En conclusión: Se cree y se adora a unos Dioses de Muerte e injusticias.

La raza humana es por naturaleza hostil, violenta y despiadada. Recuerdo los mensajes en los medios de televisión que anunciaban el encuentro con nuestros hermanos, cuando hubiésemos superado la pandemia del COVID19; también me vienen a la memoria las imágenes de los aplausos diarios que desde los balcones se les dedicaban a los trabajadores de la salud…

Recuerdo que pensé que tanta solidaridad expuesta cada día a la misma hora desde los balcones era una forma visible de apoyar y agradecer el esfuerzo a los médicos y personal sanitario y de enfermería. Pero… recuerdo que pensé también: ¿Por qué no aplaudir de agradecimiento a la vez que también hacer visible la exigencia de de una contratación justa para estos trabajadores «imprescindibles» de nuestra sociedad?

Y ahora, apenas asomamos ya la cabeza después del encierro de la pandemia que supuestamente nos iba a transformar «espiritualmente», resulta que ya ni siquiera aplaudimos, como tampoco pensamos en la necesidad urgente cada vez más de contratos justos para quienes eran aplaudidos; pero es que, además, nos hemos encontrado de frente con el comienzo de una de las mayores guerras de Europa, después de la Segunda Guerra Mundial.

La iglesia ortodoxa cristiana en Rusia bendice las masacres, como siempre lo hicieron y se demuestra que aun hacen las religiones. Todo, como entonces, para obtener más riqueza y poder.

En fin…

Decidir salir de Matrix

Hace tiempo empecé a trabajar en un guión sobre el suicidio, un proyecto que surge de la idea que tengo de este mundo donde estamos, aquí y ahora, un lugar al que se viene a sufrir y del que no hay escapatoria. Sin embargo, a veces, algunos deciden acabar con su condena.

Vivimos en una sociedad de doble moral que tiene como tabú al suicidio, que se horroriza al escuchar esta palabra y que se siente estigmatizada por ella, y en la que no es posible decidir quitarse la vida sin antes llamar la atención en medio del escándalo social.

Antes de llevar a cabo la decisión, la recomendación es consultar a psiquiatras y psicólogos, que son, teóricamente, los especialistas en el asunto; pero que de seguro tienen tantos o más problemas que los propios candidatos al suicidio. Por otra parte, algunos recomendarán buscar refugio en alguna religión y apoyo y ayuda en el Dios que creó este mundo de sufrimiento y nos colocó en él.

Quiero explicar en este post mi punto de vista filosófico y muy personal sobre este mundo, y el motivo por el que para describirlo utilizo la palabra “sufrimiento”: Nacemos de unos padres que en la mayoría de los casos no están preparados para serlo, como tampoco lo estuvieron nuestros abuelos y bisabuelos. Por lo tanto, somos eslabones de una especie de cadena generacional donde las primeras enseñanzas que recibimos son las frustraciones, temores, limitaciones, complejos de personalidad y creencias religiosas dogmáticas (entre otras muchas cosas), de nuestros padres que, sin darse cuenta nos inculcan pensando en que es lo mejor para nosotros.

Se habla mucho sobre la paz, pero en este mundo, la sociedad no educa para la paz, educa la la competitividad, la superación personal y sobre todo para conseguir un trabajo bien remunerado.

Se habla de felicidad, de ser feliz, pero la felicidad no es más que una palabra, un concepto que cada quien adapta y entiende según la vida que le ha tocado vivir, y que acepta como una especie de resignación: “Soy feliz con lo que tengo”; “La felicidad está al lado de mi familia”… Y así nos encerramos en este silogismo. Sin embargo, ni el mismísimo Dalai Lama sabe qué es eso de la felicidad, porque no creo que una autoridad como él pueda ser feliz en el exilio donde, seguro, morirá.

Se habla del amor y eso es como hablar del todopoderoso Dios. Hasta ahora nadie puede comprobar que existe y nuevamente preferimos mentirnos con ideas y dogmas conceptuales de acuerdo a nuestras circunstancias sociales que cada vez nos entretejen más mientras nos llega la muerte.

Las guerras forman parte de este mundo y de su historia. La violencia, la crueldad, las injusticias, figuran en los libros sagrados de todas las religiones y en todos los libros de nuestra educación. Nuestros héroes nacionales son asesinos que engendraron en su mayoría grandes batallas con diferentes excusas para disimular el poder que ambicionaban.

En mis tribulaciones filosóficas he llegado a la conclusión, como decía Aldous Huxley, que “tal vez este mundo es el infierno de otro planeta”. Los países donde vivimos son cárceles con un sistema social del que no puedes escapar, tienes un numero de identificación, tus huellas digitales están registradas, y lo mismo pasa con toda tu historia personal. Por muy rebelde o antisistema que alguien se considere debería saber que en este mundo no se puede vivir fuera del sistema, eso no está permitido, y, si lo intentase no podría sobrevivir, porque necesitaría de “su” comida para alimentarse, “su agua” caliente para ducharse, “su” Internet, “su” tecnología, “sus” sistemas de información, “sus” hospitales, etc.

El suicidio, según lo veo, es una manera de escapar de una vida que en realidad no es tuya. Decidir optar por el suicidio es decidir salir de Matrix.

¡Siempre hablando de política! ¡Qué fastidioso eres!

Nada le es más conveniente al sistema que una población ignorante: seres temerosos, dogmáticos, desinformados, irracionales y, por encima de todo: muy fáciles de manipular.

Una cosa es hablar de política; otra, ser político; otra, militar en un partido político y por último, la cosa hoy cada vez más escasa: saber de política, conocerla.

Para saber de política no es necesario tener un cargo en el gobierno de turno o en el partido de la oposición, solo hace falta estar informado de lo que ocurre y, para estarlo, no siempre es necesario mirar los noticieros (que en España son la fuente más potente de desinformación y manipulación).

El pueblo, «la masa» (como conceptualmente lo definen los «especialistas» en Teoría política) es esencialmente ignorante. Algo curioso y en lo que merece la pena poner atención, porque algo parecido sucede en las religiones, donde es definido como «rebaño de ovejas»: animales que siguen al pastor sin oponer resistencia, aunque éste los guíe directos al matadero (que es como ocurre siempre en política).

Reflexionemos: Una oveja que intente detenerse o salirse del rebaño enseguida será presa de los perros pastor que volverán a hacerla entrar al grupo, obedeciendo y sin oponerse.

El ascenso de grupos políticos emergentes que se erigen como «salvadores», siempre está sostenido por una «masa con un alto grado de desinformación». Así como el Chavismo en Venezuela, Putin en Rusia, Erdogan en Turquía, Viktor Orbán en Hungría, Podemos y VOX aquí en el «Reino de España» (por poner solo algunos ejemplos).

La ignorancia es donde se sustentan los opresores «salvadores».

Son los ignorantes, los que elevan al poder a sus opresores. Los sostienen y promueven porque están cómodos así, no queriendo saber, sin hacer un mínimo esfuerzo por querer conocer qué planes tienen para gobernarles, quiénes son realmente y por quienes están rodeados y aconsejados.

En Venezuela y aquí en España, conocí y he conocido a mucha gente a la que nunca antes les interesó la política, nunca les importó lo que social, económico y políticamente ocurría en su país, personas que, de un día para otro, se ponen a hablar de política, a opinar y, lo más peligroso, a militar en esos partidos políticos que son dirigidos por «líderes salvadores». En su ignorancia, han empezado a caminar por una ruta imprudente, diría que suicida: la ruta del desconocimiento, la que no les explica en qué situación se están poniendo a ellos mismos y/o a sus hijos si siguen ese camino (caso Venezuela, por ejemplo).

En Venezuela conocí a muchas personas, aquí (en España) también lo he visto, para quienes las elecciones no eran nada más que una especie de competición, donde lo más importante era apostar a caballo ganador.

Decir hoy que hablar de política es un fastidio o que la política te aburre y no te interesa es probablemente lo más parecido a cavar tu propia tumba y la de tus hijos.

Si no ejerces tu derecho al voto (una conquista que, por cierto, costó esfuerzo, lucha y vidas); si prefieres ignorar y «pasar» de la política que se hace en tu país, te estás poniendo tú mismo la soga al cuello, porque estás precisamente haciendo lo que esos «salvadores» que decidirán tu futuro (lo qué comerás, dónde trabajarás, qué tipo de educación tendrán tus hijos y cómo serán tus últimos días) quieren que hagas: NADA.

Referentes vs inluencers y comprensión histórica

Hace más de 40 años la moda era identificarse con las ideologías de izquierda: Artistas, escritores, filósofos, políticos (¡por supuesto!), estudiantes, obreros y cualquiera que fuese sensible a la guerra que en toda Europa provocó el fascismo, era militante de dichas ideas.

El mundo vivía una especie de renacer humanista y, para celebrarlo, el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Con la paradoja de que sus principales promotores, los EE.UU, habían desarrollado la bomba atómica para asegurar su dominio político y económico sobre el planeta y, con ello, habían exterminado de un plumazo a más de 80.000 seres humanos en Hiroshima y Nagasaki.

El mundo quedó dividido entre las dos potencias que ganaron la II Guerra Mundial.

Si uno se atrevía a escuchar canciones de los Beatles viviendo en el bloque socialista o en la isla de Cuba, podía arder en la hoguera de una especie de ejecución pública. Pero si vivía en el bloque capitalista, en cambio, podía pasar como alguien interesante si lo que escuchaba era la música de la Nueva Trova Cubana, o la de cualquier cantautor de moda de tendencia o ideología izquierdista.

A los que en esa época nos considerábamos militantes de izquierda y que nos atrevíamos a cuestionar el sistema, nos costó muchísimo tener que aceptar que en los países socialistas totalitarios del bloque la represión era implacable, algo comparable a la opresión de los campos de concentración de la Alemania nazi.

Pese a ello, los escritores, poetas, artistas, filósofos y los pensadores de mayor eminencia de la sociedad occidental simpatizaban con países en los que gobernaba con mano dura el comunismo. Cuba era una especie de estandarte de dignidad latinoamericana en mi adolescencia, el único país del tercer mundo que se daba el lujo de ocupar los primeros puestos en las Olimpiadas y cuyos atletas defendían sus récords olímpicos acompañados de nuestro orgullo tercermundista latinoamericano.

Entender todos los cambios que ocurren en la sociedad en momentos determinados y ubicarlos dentro de su contexto se llama comprensión histórica.

Que alguien diga hoy en día que no quiere leer algo de Gabriel García Márquez, Pablo Neruda o Julio Cortázar exhibiendo el argumento de que se niega a hacerlo porque en su día fueron amigos de Fidel Castro, es más de lo mismo, es actuar de acuerdo a las normas que dicta la sociedad en la que se vive. Y la nuestra, ahora mismo, es una sociedad «influienciada» por el poder y eco que ejercen los influencers, otorgado por quienes cuentan con cierta credibilidad en la masa de desinformados.

Pero vivimos en una sociedad que ha optado por acuñar la nueva categoría de INFLUENCER, cuando lo que necesita es recuperar y poner en valor otra: REFERENTE.

Umberto Eco, dijo: «Las redes sociales han generado una invasión de imbéciles que le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los necios».

Echo de menos a Umberto Eco, como seguramente les pase a muchos.

Para quienes no conozcan a Umberto Eco aprovecho, si han llegado a leer este post, para comentarles que fue un intelectual de una gran sabiduría. El periodista Gianni Rotta en La Stampa de Turín, al morir Eco, escribió :

“Filósofo, padre de la semiótica, escritor, profesor universitario, periodista, experto en libros antiguos: en cada una de sus almas Umberto Eco era una estrella internacional, pero con sus estudiantes, lectores, colegas, jamás Eco exhibió la pose snob que tal vez otros escritores sí habrían adoptado de haber publicado best sellers como El nombre de la rosa o El péndulo de Foucault. Umberto Eco reía, se informaba de las novedades y —encendiendo un cigarro— contaba la última broma antes de presentar una nueva teoría lingüística”.

Las masas nunca se informan sobre a quién deben seguir o promocionar para ocupar puestos de poder. Es la historia de siempre y que se repite. Y a la que parece que estamos condenados simplemente porque somos vagos, porque no nos gusta hacer esfuerzos por comprender.

Porque lo importante no es leer, lo esencial es comprender. Y hacer ejercicios de comprensión lectora cuesta, cuesta mucho. Pero es que todavía nos cuesta mucho más hacer tareas de comprensión histórica. Y por eso, la sociedad sigue a influencers y olvida a los referentes. Porque escuchar, repetir y copiar no requiere apenas el esfuerzo de pensar; pero comprender, cuestionar, ubicar en contexto y extraer reflexiones implica demasiado trabajo. Y así nos va.

Un viejo fantasma reconquista Europa…

Como dirían los apóstoles de la derecha radical española: «En estos momentos Europa está siendo atacada por varios frentes«. Gobiernos populistas sectarios y nacionalistas, inmigración descontrolada y la crisis económica.

Los gobernantes europeos no lo pueden ver y si ya lo han visto no les interesa prepararse para lo que será la verdadera reconquista silenciosa de la tierra europea. Estos «ejércitos» están conviviendo entre nosotros desde hace ya muchos años. Poco a poco, ante nuestros ojos, comenzaron a poblar los barrios de las principales ciudades del viejo continente buscando mejores oportunidades de trabajo y trayendo con ellos su religión.

Los musulmanes llegaron a Gibraltar allá por el año 711 y ocuparon toda la península ibérica, con excepción de la región montañosa de Cantabria, en el norte, hasta el año 1492. La nación del Islam conquistaba entonces todo a su paso con sus ejércitos imponiendo su lengua, su cultura y su religión.

Milagrosamente, sólo los iraníes lograron salvar su idioma y parte de su cultura hasta nuestros días, y todo gracias a un libro: El Shahnameh El Libro de los Reyes de Persia, que escribió el poeta Hakim Abol-Qasem Ferdousí-e Tusí (Ferdousí).

Antes de ser conquistados por los musulmanes muchos pueblos del Oriente Próximo tenían su propia cultura, su religión y su lengua. Las poblaciones del norte de África solían hablar Latín; los sirios y los egipcios hablaban Griego; ahora todos esos pueblos hablan Árabe. Únicamente los persas han mantenido su idioma.

También, por aquél entonces, convivían en sociedad árabes y judíos. Las dos culturas se dedicaban al estudio de la ciencia y las artes. A los árabes de entonces la humanidad entera les debe mucho, entre otras cosas la invención del sistema de numeración decimal, el álgebra, el cálculo, las ciencias matemáticas… Y, gracias a ellos, ahora nos gusta ducharnos.

En esa época, entre los eruditos musulmanes era generalmente aceptado el principio de unidad ontológica (Todo el saber es único y proviene de Alá) y epistemológica (Los métodos de obtener y evaluar los conocimientos deben tener su base o justificación en el islam) y, por tanto, no sólo no hay conflicto entre fe y razón, sino unidad y armonía entre ambas. Al menos esa fue la interpretación prevaleciente en el mundo musulmán de la doctrina de Al-Ghazali (Algazel), que dio origen y fundamento al posterior recelo de los influyentes maestros religiosos ortodoxos respecto del racionalismo y la lógica griega como medio independiente de la revelación mahometana para el conocimiento verdadero.

El pueblo árabe no sufrió como los pueblos europeos la ignorancia del oscurantismo a la que el cristianismo sometió a Europa. Gracias a árabes y judíos se pudieron lograr avances significativos en la medicina de la época medieval.

La conquista de los musulmanes también dejó en la península Ibérica un legado en la arquitectura y en el lenguaje castellano que se mantiene aún en nuestros días. Los conocimientos en ciencias que disfrutamos hoy se los agradecemos también al rey Alfonso X de Castilla, llamado «el Sabio», que se encargó de traducir del árabe al castellano una gran cantidad de manuscritos.

Muchos historiadores mantienen que la reconquista de España después de ocho siglos de ocupación musulmana no fue sino una invasión movida por intereses económicos solamente. Después de vivir en la península ocho siglos aquella gente ya pertenecía a esa tierra.

El mismo Cervantes en «El Quijote», en el Capitulo LIIII narra el encuentro de Sancho Panza con Ricote el Morisco que después de la expulsión de su gente y habiendo regresado a la que consideraba su patria, entre otras cosas le dice a Sancho: “Doquiera que estamos lloramos por España, que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural; en ninguna parte hallamos el acogimiento que nuestra desventura desea…”

En nuestros tiempos la historia es otra: la nación del Islam avanza por toda Europa abriéndose camino, la generosa natalidad de sus mujeres es lo bastante eficaz en esta nueva reconquista de Europa. Y yo no diría nada si las cabezas visibles de esta religión estuviesen a favor de promover la ciencia y la cultura como hicieron en aquellos tiempos.

En todo el viejo continente ya existen barrios completamente musulmanes, perpetran atentados y decapitan en Francia mostrando su cara más radical. Y las políticas para frenar estos asesinatos han llegado demasiado tarde y lo que hacen es segregar aún más a esta parte de la población.

Los extranjeros del tercer mundo que han vivido en Francia saben de sobra que las políticas de inmigración del país galo no son precisamente para hacer que se sientan integrados en su sociedad, los jóvenes musulmanes que nacen allí (por poner un ejemplo de lo que pasa en uno de los principales países europeos), no se sienten franceses y menos aun europeos. Y esta es la razón por la cual el Estado Islámico tiene tantos soldados nacidos en el viejo continente.

Decía un amigo que un pesimista es un optimista informado y nuestro futuro no es para nada esperanzador. El ser humano, sea de la religión que sea siempre estará a favor de la guerra, asesinando en nombre del Dios que predica su religión.

Venezolanos en Catalunya…

Nací hace 55 años en la República de Venezuela, como castigo kármico para purgar alguna mala acción que hice en una de mis vidas anteriores. Digo esto porque a mi generación le ha tocado pagar los platos que los políticos del país comenzaron a romper aquel viernes 18 de febrero de 1983, cuando la moneda del país comenzó a devaluarse frente al dólar y todavía, aún hoy, continúa cayendo de ese tobogán sin fin.

Como todos mis contemporáneos, no llegamos a conocer la bonanza petrolera de la que gozó nuestro casi extinto país. Aquello fue como cuando a un pobre le toca el premio gordo de la lotería, todo ese dinero entraba en los bolsillos rotos del pueblo y se quedaba a vivir en las cuentas bancarias de los pocos políticos que en aquel entonces se repartían el erario público.

El dinero con ignorancia dura muy poco y Venezuela es un claro ejemplo. Todavía recuerdo los carnavales que armaban los partidos políticos en cada elección, y también viene a mi mente la imagen de los felices e ingenuos electores acudiendo a votar y a festejar las victorias de los dos únicos partidos que se dedicaron, con el paso de los años, a fabricar lo que hoy conocemos como “Chavismo”.

El venezolano en esencia contiene una alta dosis de ignorancia genética. A la gran mayoría no le gusta mucho leer, menos investigar y todavía menos aún estar informado de lo que sucede a su alrededor; en cambio, prefiere que otro le cuente su versión de los hechos, a quien a su vez también alguien en algún momento se la contó de acuerdo a su conveniencia. La sociedad venezolana de ahora y la de aquella época en la que vivía allí, era una verdadera procesión de desinformados de la realidad política y social, opinando y eligiendo a una banda de delincuentes para dirigir el destino de su tierra.

Quiero hablar ahora de mi experiencia con los paisanos que viven en España y, más concretamente, en Catalunya, donde también muchos se han traído escondido en sus cerebros la irracionalidad que llevó a nuestro país a ser la Republiqueta bananera que es hoy en día.

Desde 1714, los catalanes han protagonizado algo así como una especie de novela trágica, donde el hijo se quiere ir de casa de sus padres y hacer su vida independiente, pero estos no se lo permiten intentando ponerle puertas al campo. Desde entonces, se han vivido momentos verdaderamente trágicos que lo único que han logrado, en lugar de apaciguar las aguas, es aumentar cada vez más el sentimiento patriótico de los catalanes.

Que un venezolano esté a favor o en contra de la realidad de Catalunya, depende mucho de la primera persona que le contó su versión de los hechos tras aterrizar en el Aeropuerto del Prat y haber pisado suelo catalán.

El venezolano que viene de una dictadura pintada con barnices de izquierda totalitaria, como toda izquierda que se respeta, y con una mediocre información del lugar al que acaba de llegar sigue creyendo que España es realmente el país que nos venden al otro lado del océano y que nos acostumbraron a comprar sin preguntar.

Para muchos venezolanos recién llegados a Catalunya, los catalanes son unos locos que intentan romper la unidad de España. Por eso cada día me asombra menos comprobar que nada más nacionalizarse, lo primero que muchos hacen (ahora ya con documento español) es correr a engrosar las filas de los partidos llamados nacionalistas, guardianes del sentimiento español como en aquellos años del 36.

Pedirles que averigüen por su cuenta qué es lo que “realmente” ocurre aquí, eso ya es demasiado pedir. Pues, si nunca quisieron averiguar lo que “realmente” ocurría en su país, mucho menos lo harán en este al que acaban de llegar y aunque piensen en echar aquí raíces. Para ellos, Pau Claris, Josep Puig i Cadafalch, Joan Maragall, Lluis Companys, Lluís Domènech i Montaner…, sólo son nombres de calles de Barcelona. Corren a visitar la Sagrada Familia y se maravillan con la obra del asombroso arquitecto pero nunca tendrán ni idea de lo catalanista que fue Gaudí.

Rechazan a ultranza todo aquello que tenga olor a socialismo, ignorando que el bienestar social de la Europa que los recibe fue construido justamente por el socialismo: Felipe González (España), François Mitterrand (Francia), Olof Palme (Suecia), Andreas Papandreu (Grecia), Bruno Kreisky (Austria), Kalevi Sorsa (Finlandia).

Hugo Chávez nunca fue ni estuvo cerca del socialismo y menos aún del comunismo, por una sencilla razón: en los cuarteles venezolanos no se enseña nada parecido al Marxismo, para eso existen las universidades donde hay libros, discusión, ideas y debate. Los militares en Venezuela sólo entraban a las universidades para agredir y asesinar.

Pedirle a un militar venezolano que lea algún libro o que piense por sí mismo es misión imposible. El mismísimo Hugo Chávez cuando intentó leer sufrió de una indigestión intelectual.

Chávez entendió como utilizar la infinita ignorancia del pueblo venezolano para usarla en beneficio propio porque, que yo recuerde, en mi país nunca existió nada parecido a la ideología de izquierda. Allí sólo existían Adecos, Copeyanos y unos cuantos que lo único que querían era enchufarse en el gobierno de turno a toda costa.

¿Recuerdan a Américo Martín del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)? Su slogan cuando lanzó su candidatura a la presidencia era: “Manos limpias al poder” (al acordarme de esto me entran ganas de reír), terminó siendo asesor de Carlos Andrés Pérez. Teodoro Petkoff Movimiento al Socialismo (MAS), acabó como ministro de Cordiplan en el Gobierno de Rafael Caldera y se robó un coche BMW de lujo que pertenecía a un jugador de Béisbol en las grandes ligas llamado Luis Sojo. Pompeyo Márquez, por continuar con los ejemplos, creó una fundación con fondos del gobierno y así vivió feliz hasta su muerte y así continúa hoy la historia…

La mayoría de los venezolanos ignoran racionalmente estas historias y por eso tienen el gobierno que se merecen. Pero lo más terrible es que esa ignorancia ya forma parte de su manera de vivir y la sincretizan con la religión y todo aquello en lo que quieren creer que es verdad.

Caracas, 11 de abril de 2002…

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Cada vez que se convoca a una concentración como la del 1 de septiembre, no puedo dejar de recordar aquel 11 de abril de 2002. Llevábamos casi tres días esperando  la llamada que nos confirmaría el lugar donde nos tendríamos que mover para grabar el pronunciamiento del Alto Mando Militar y tener la primicia de aquella noticia, recuerdo que una noche me tocó dormir en un piso en Parque Central con todo el equipo, de cámaras, luces y micrófonos. Hasta que una llamada de Orlando Urdaneta al comienzo de la mañana de aquel 11 de abril, me confirmó donde sería la reunión. Hay momentos de la historia que tú no eliges para estar ahí, son esos momentos los que te eligen a ti. Como pudimos, salimos con el equipo al piso 8 del edificio Kira en la avenida Libertador, oficina del expresidente de algo que se llamaba desde hace muchos años antes Pro-Venezuela. A eso de las diez de la mañana ya habíamos comprobado que desde uno de los balcones de la oficina teníamos a la vista a las antenas repetidoras de Mecedores en el cerro Ávila, para ubicar allí la antena de microondas que transmitiría en vivo y en directo el mensaje del alto mando militar, encadenando las señales de televisión a nivel nacional y tumbando inclusive la señal de Venezolana de Televisión, donde ya se preparaba el famoso discurso de Hugo Chávez, para ocultar la multitudinaria marcha al resto del país y lo que ya tenían planeado: la muerte de personas inocentes a manos de francotiradores del ejército venezolano, que también llevaban pocos días asentados en sus lugares de posición en las azoteas de algunos edificios de la avenida Baralt.

Una vez que llegamos a la oficina nos instalamos con el equipo de cámaras y luces en la sala de reuniones, por ser el espacio más grande de la oficina. A eso de las 12.30 horas comenzaron a llegar los generales, algunos vestidos de civil, con sus uniformes en bolsas negras y ninguno con escolta. Orlando Urdaneta llegó con su primo, el contralmirante Daniel Comisso Urdaneta. Después de 14 años de aquella aventura no recuerdo con precisión las horas, pero creo que sobre las 13.00 horas ya estaban redactando el documento que leería el vicealmirante Héctor Ramírez Pérez. Se respiraba un ambiente de tensión y nerviosismo, un coronel que también era abogado comenzó a redactar con un bolígrafo el texto que leerían.

Antes de la lectura del documento, Orlando Urdaneta empezó a colocar a los militares que aparecerían en el vídeo, como cuando los maestros ordenan un coro de niños cantores: unos le preguntaban si deberían salir en posición firmes con las manos abiertas y apoyadas en el antemuslo (como lo hacen ellos después del saludo frente a otro militar de rango superior), o en posición firmes con las manos detrás. Orlando Urdaneta les comentó: “Aparecer con las manos detrás es señal que escondes algo, por eso todavía el Vaticano no ha canonizado al Doctor José Gregorio Hernández”. Eso puso fin a unos 20 minutos de disertaciones e intercambio de ideas sobre la posición de las manos y como deberían tenerlas colocadas.

Ya teníamos todo a punto y, desde su celular, Orlando Urdaneta lanzaba maldiciones a Alberto Federico Ravel, porque la microondas que nos enviaría a última hora (pienso que sintió miedo o lo aconsejaron) decidió no enviarla, y el pronunciamiento del alto mando militar sin esto no podría salir en cadena nacional. Como se había planeado, en Mecedores (que no estaba tomada por militares en ese momento) el operador de guardia sólo esperaba la comunicación por radio para conectarnos a nivel nacional. Pero eso ya no sería posible. Indirectamente, por intereses o por cobardía, estaban enviando a la gente que marchaba directa a las balas de los francotiradores.

En lugar de la microondas llegó al lugar la periodista de Globovisión, Mayela León con un equipo de camarógrafos, uno de los cuales, al enterarse de lo que pasaba, salió corriendo como un loco sin escuchar nuestros gritos para que no se fuera, porque poco faltó para que le dispararan. También llegó con Mayela León el equipo de noticias de CNN con Otto Neustadt, que en ese momento era el corresponsal en Venezuela. La histeria y el nerviosismo que tenía este señor dejaba mucho que desear de su profesionalidad, por no decir que su actitud en ese momento era la de un cobarde cagado en sus pantalones, cosa muy distinta tengo que afirmar de la actitud de su productora, una mujer de cabellos rubios y alta, que casi estuvo a punto de abofetearlo. Después de los hechos Neustadt aparecería como todo un héroe y analizando vídeos y hablando estupideces.

Llegaron todos y ninguno sin la microondas. Justo antes de comenzar a grabar por radio transmisor nos llegó la noticia de que acababan de asesinar al fotoreportero Jorge Tortoza. Él fue uno de los primeros que asesinaron en la avenida Baralt. La mayoría de los asesinados tenían disparos certeros en la cabeza, los francotiradores militares se daban un festín con los civiles que marchaban pacíficamente. A día de hoy, 14 años después, nadie es responsable de la muerte de Jorge Tortoza ni de las muchas muertes que ocurrieron aquella tarde. Se comenzaron a escuchar lamentaciones y el llanto de Mayela León; ya Otto Neustadt empezaba a necesitar una dosis de Válium o unas buenas bofetadas, y en vista que no había microondas, se decidió grabar un vídeo.

En ese momento recordé que nuestra gloriosa historia está llena de chapuzas y algunas de vaina salen bien y se convierten en épicas hazañas. Como los militares son un poco retrasados y más aún si son abogados, al fulano coronel y abogado que redactó el documento se le olvidó colocar unas palabras donde debían ir y al escuchar el vídeo fue que se dio cuenta, de manera que fue necesario hacer otra grabación, y otra vez salió Orlando Urdaneta a reacomodar a los generales del alto mando en sus puestos para el nuevo vídeo, donde todos querían salir para figurar en la historia o en la cagada que estábamos haciendo.

Los generales optaron por algo muy tecnológico. Como los venezolanos somos muy dados a las nuevas tecnologías, se les ocurrió la brillante idea de inventar el golpe de estado por teléfonos celulares. Recuerdo que bajaron en dos ocasiones a comprar en los kioscos de la avenida Francisco de Miranda, todas las tarjetas telefónicas Digitel que pudiesen tener los vendedores, otro salió a comprar teléfonos móviles que en aquella época eran de tarjeta, aquello se transformo en un centro subversivo de telecomunicaciones: unos raspaban para introducir el código de la tarjetas, otros colocaban las tarjetas Sim dentro de los celulares para que funcionaran y los generales llamaban a los cuarteles.

En Venezuela, y no sé si en el resto del mundo será así, en el ámbito militar los generales son una especie de gerentes, o sea, que no comandan tropas de asalto y combate. De eso se encargan los Comacates (comandantes, tenientes y capitanes). A mi memoria llegan las imágenes de aquellos campechanos generales, saludando a los comandantes de los batallones a través de sus celulares con un:

-¡Épale! ¿Cómo está la vaina? ¿Sabes que el domingo que viene tenemos una partida de dominó?

Escuchaban un rato y después seguían:

-¿Sabes lo que está pasando? ¿Estás con nosotros, verdad? ¡Cuidao con una vaina!

Luego decían en voz alta al resto de los que estábamos allí:

-¡Listo! El cuartel de guasipatí está con nosotros ¡nojoda!

Aquello era tan surrealista, un golpe de estado donde los muertos corrían por cuenta de los civiles, porque en los cuarteles no se escuchó pero ni el ruido de un petardo. Tanto me impresionó aquello que agarré la cámara y comencé, turnándome con mi compañero, a grabar aquellas conversaciones. Me había preparado tanto que tenía baterías y cinta para sobrevivir varios meses grabando.

Memorable fue la cuña que grabamos con el vicealmirante Héctor Ramírez Pérez sobre Digitel, para después bromear con el presidente de la empresa en Venezuela, William Nazaret, y aprovechar a tomarnos unos whiskies con él cuando todo terminara. También recuerdo la conversación del contraalmirante Daniel Comisso Urdaneta, uno de los más serios del grupo, cuando le gritaba al que comandaba las tanquetas que se dirigían a Caracas para apoyar el plan Ávila que el mismo Hugo Chávez había ordenado ejecutar. Aquello fue de hombre a hombre, todavía resuenan en mi cabeza aquellas palabras: -Tú me conoces desde la Academia Militar ¿no?, tú sabes de lo que soy capaz y si esas tanquetas llegan a Caracas y se derrama más sangre, tú y yo nos vamos a encontrar y me pagarás con tu vida!.   Las tanquetas nunca llegaron a Caracas, se detuvieron a mitad de camino de la ciudad de Maracay, de donde habían salido.

Al final de la tarde de aquel 11 de abril Hugo Chávez nuevamente era detenido y conducido al Fuerte Tiuna. Pasadas las 10 de la noche, después de la llegada de la periodista Ibeyise Pacheco a la oficina donde nos encontrábamos, con un equipo de Venevisión para entrevistar en exclusiva a los militares salvadores, salimos en varios coches hacia el Fuerte Tiuna. Sólo fuimos tres civiles entre el alto mando militar los que entramos a las oficinas del Ministerio de la Defensa en el 5º piso, si mal no recuerdo.

Héctor Ramírez Pérez me encargó la gestión del acceso de los periodistas a la rueda de prensa que darían los pocos militares que apoyaban a Hugo Chávez en ese momento. Ahora recuerdo que es la única vez que he tenido escolta, de manera que me convertí en una especie de jefe de protocolo de prensa de la nueva y breve Venezuela. Conducía a los compañeros periodistas al espacio donde se informaría de lo que había pasado, por parte del ministro de defensa, el general Lucas Rincón Romero y sus generales. En aquel inmenso salón del Fuerte Tiuna daba la impresión que saldrían a jugar el juego de las sillas, porque al principio habían alrededor de unas 10 sillas, y cada cierto tiempo, y mientras los generales negociaban a puerta cerrada, enviaban a un cabo que retiraba dos sillas, después de unos minutos salía nuevamente el mismo cabo y retiraba dos más y así hasta que sólo quedaron tres.

En la madrugada del 12 de abril de 2002, el general Lucas Rincón, en nombre del Alto Mando Militar venezolano, anunció que le habían solicitado la renuncia a Hugo Chávez, y afirmó que éste había aceptado, lo cual fue desmentido posteriormente, como todo lo que ocurrió después.

Si Venezuela fuese un país con una dirigencia política y empresarial seria, a partir de ese momento se habría escrito otra historia. Hubo un momento en el que se pudo salir de Hugo Chávez, que ya asomaba sus garras de dictador. Se sabía que él no era un gobernante de perfil democrático, ya se veía venir lo que está ocurriendo en la Venezuela de hoy y continuará por muchos años más.

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Pero los intereses siempre van al cauce de los gusanos, que manejan todo para hacerse mas ricos y ambicionar más poder y nunca a favor de los que trabajan por el país (ahora me viene a la memoria que España lleva ocho meses sin gobierno).

El empresario Isaac Pérez Recao armó una especie de “Gestapo” para cazar cabezas de ministros Chavistas saltándose cualquier ley (como ahora lo hace ahora Nicolás Maduro con dirigentes políticos, empresarios, periodistas y estudiantes). Al empresario Pedro Carmona Estanga una élite con poder económico en el país le montó en sólo unas cuantas horas una presidencia arbitraria y totalitarista y en la dirección de Globovisión brindaban y festejaban abriendo botellas de wisky y champagne. La Bolsa de Caracas experimentó una subida histórica en muchos años, una parte del país se embriagó en su propia fantasía. Pero el remedio que vendría sería peor que la enfermedad.

 

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Venezuela es un país de caudillos, de guapos apoyados, de líderes que pasan por encima de un pueblo ignorante y conformista, que creen que el suyo es el mejor país del mundo, pero en realidad es ese pobre país que la “viveza criolla venezolana” ha llevado a donde se encuentra ahora.

La madrugada del 14 de abril Hugo Chávez regresó al poder como un Cristo redentor, después de haber llorado bastante en su corto cautiverio, lo demás ya está escrito en la Wikipedia.

La oposición política en Venezuela, por intereses, por falta de sensatez, por tener políticos que alimentaban su ego y todos los días se miraban al espejo, perdió la oportunidad de salir de un dictador. No se puede hablar de democracia y menos pretender salir de un gobierno dictatorial por vías constitucionales, cuando a ese gobierno no le interesa para nada la democracia y controla todos los poderes del Estado.

En política, los errores se pagan muy caro y más aún si vives en los países del llamado tercer mundo. A día de hoy, ya no recuerdo cuántas marchas de más de un millón de personas se han convocado sin lograr nada a cambio que no sea una efímera alegría en las almas de un pueblo engañado y pasivo. La oposición y el gobierno se turnan para darle al fuelle de la esperanza cada vez que se les desinfla y mantener vivos sus intereses, como ocurrió este 1 de septiembre.

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Ya van muchas muertes, son miles las que cosecha el hampa que ampara el gobierno y así seguirán, porque faltan muchos años para que termine esto, que de seguro durará el mismo tiempo que duró la cuarta república, unos 50 años.

Todos los venezolanos hemos perdido mucho en estos años, los que estamos regados por el mundo y los que aún continúan en ese calvario. Los que sufren en las colas para comprar medicinas o alimentos, los políticos de la oposición que mantienen sus negocios con el gobierno, los que se llenan los bolsillos robando amparados por la impunidad, los militares que golpean a la gente humilde y trafican en su imperio del narcotráfico. Todos ellos están construyendo un país de inmigrantes, roban y mientras roban, le roban el país a sus hijos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ilustremos a los Españoles de «Izquierda»

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A ver niñatos malcriados, sé que a muy pocos les gusta leer así que seré breve dentro de lo que cabe. La historia de la izquierda española viene con un pedigree respaldado por una Guerra Civil donde entre ellos mismos, los de la izquierda, le facilitaron mucho el trabajo al caudillo asesinándose entre camaradas (comunistas, anarquistas, POUM).

De ello quedó constancia en la biografía del poeta Pablo Neruda. Gracias a su paso por la España Republicana ahora podemos disfrutar de una poesía de gran contenido político y social. A Pablo, las muertes de sus amigos y la crudeza de la guerra lo bajaron de su torre de marfil.

Cuando me encontré con la poesía y los ensayos de Octavio Paz, aprendí que él también hablaba de la violencia entre camaradas del bando republicano. Muy célebre es la anécdota cuando en la Barcelona del 37, Octavio leyó  un poema a su amigo catalán Jorge Bosch, supuestamente muerto en el frente de Aragón, y resultó que estaba vivo y entre el público. La alegría de Paz duró poco. Después de aquel encuentro, Bosch le anunció que se había refugiado en casa de Companys, porque los comunistas lo querían asesinar; ese día Octavio Paz perdió la pista de su amigo definitivamente.

A Jesús Monzón lo habrían asesinado sus queridos camaradas, si para su fortuna no lo hubiese detenido la inteligencia franquista.

Esto por nombrar algunos ejemplos de esa izquierda de la que hoy en día tanto se llenan la boca.

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Pablo Iglesias rompe a llorar desconsoladamente en los brazos de su mentor.

Julio Anguita es una especie de Oracúlo de Delfos, para la gran manada de niñatos progres que aspiran como unos superhéroes a salvar el futuro de España. Anguita se retiró hace algunos años por afecciones cardíacas, pero a Pablo Iglesias, como se ve en la foto, eso le importa poco. Hace tiempo que necesitan un mártir.

Hace unos años tuve la oportunidad de conversar con Julio Anguita en su casa en Córdoba, mientras realizaba un documental por la zona. Muy amablemente me recibió en su estudio. Yo quería sondear su visión sobre lo que se vivía en la Venezuela de comienzos de la era Madurista. Julio Anguita no sabía muy bien cómo se llamaba el sucesor de Hugo Chávez, pero todo lo que le olía a izquierda, (sin tener idea de la realidad de lo que se vivía en Venezuela) a él le parecía bien.

Yo mismo, en una época, milité en las ideas de izquierda (quién no fue comunista a los 20 años no tiene corazón, y quien lo es después de los 40 no tiene razón), defendía la Revolución Cubana y justificaba la cantidad de presos políticos que Fidel tenía en las cárceles, se lo merecían por «gusanos y Batisteros». Conocí a verdaderos íconos de la revolución en América Latina, me hice trovador de canciones de contenido social, tengo amigos desaparecidos por la violencia política y recuerdos muy amargos de aquellos tiempos.

Ya con la edad que tengo y la experiencia vivida, me pienso más las cosas antes de opinar, creo que a eso se le llama madurez, envejecer con dignidad.

¿Dónde estaba el espíritu revolucionario y republicano de todos esos pilares de la izquierda española cuando, en sus narices, los fascistas del caudillo (los que hasta hoy han heredado el poder) les metieron una constitución en el año 78 hecha como un traje a la medida de sus intereses?

Estaban encerrados en sus casas esperando a ver si el decreto de pacificación del presidente Suárez era cierto.

España, amiguitos de la izquierda, es el único país donde continuó gobernando el Fascismo después de la Segunda Guerra Mundial. Recuerden lo que le pasó a Mussolini y a Hitler. En Alemania todos los ministros de Hitler fueron juzgados por sus crímenes y ejecutados o encarcelados; en la España Gloriosa de Julio Anguita, los nombres de los asesinos de Franco fueron anotados, pero para colocar sus nombres a las calles hasta el día de hoy.

¿A qué vienen tantos gritos y puños alzados ahora? ¿A qué viene tanto llamado a la justicia cuando PODEMOS se mantiene con el dinero y los muertos de Venezuela? ¿A qué viene tanto llamado a la lucha, si aquí nunca se luchó?

Si al caudillo no lo hubiesen enterrado, de seguro Pablo Iglesias y Julio Anguita estarían en la cola para despedirlo y llorando igual que en la foto.

París con Mirla y Didier…

 

París-Tour Eiffel

Foto Marco Zouvek

Siempre resulta muy grato visitar a los amigos, pero si esos amigos viven en una ciudad como París, entonces todo resulta doblemente agradable. Hace no mucho tiempo, tuve la oportunidad de compartir un verano con mi familia en esta bella ciudad en compañía de Mirla y Didier. Mostrarles la ciudad a mis hermanos, lo majestuoso de sus edificios y palacios donde se albergan museos, catedrales, galerías, teatros y una infinidad de actividades culturales para disfrutar (cosa que no existe en nuestra Venezuela, y menos desde hace unos 15 años), fue una experiencia que los tenía sin palabras.

José Ignacio Cabrujas, un importante dramaturgo venezolano, decía que cuando visitas un país, puedes darte cuenta de lo que ha sido su pasado por el tamaño de las construcciones de sus instituciones. En España tenemos museos, catedrales, teatros y muchas edificaciones institucionales. Pero no se acercan a la grandiosidad de lo que podemos ver en París. Ese pasado que se quedó en el presente y perdura por los años, para demostrarte quienes fueron y continúan siendo hasta ahora.

París-Mirla y Didier

Foto Marco Zouvek

La hospitalidad maternal de Mirla se entremezcla a la perfección con la gentileza parisina de Didier que, orgulloso de su ciudad, no guarda nada de lo que ella te puede ofrecer, desde uno de esos cafés donde se reunían los intelectuales del mayo francés del 68, hasta un restaurant vietnamita donde puedes disfrutar el sincretismo culinario de una ciudad con muchas razas y culturas, viviendo al unísono.

En este último viaje estuve acompañado de mi esposa Cayetana y de un frío y una lluvia inclementes para un caribeño, aún así pudimos aprovechar para visitar lugares que desde hace muchos años estaban guardados en el itinerario de mi imaginación.

El cementerio de Père-Lachaise que es el más grande de París y uno de los más conocidos del mundo, por la cantidad de personajes ilustres que descansan allí sin esperar el día de la resurrección, porque ya, desde antes de morir, pertenecían a la inmortalidad.

Tener la oportunidad de visitar la tumba de Jim Morrison, Oscar Wilde, Édith Piaf, Frédéric Chopin, Honoré de Balzac, Marcel Proust, Modigliani, Apollinaire, Miguel Angel Asturias, Molière, Isadora Duncan, Bizet, Georges Méliés y tantos otros, que de alguna manera modelaron algunas ideas que rondan en mi cabeza, lo considero una deuda saldada con mi destino.

París-Cementerio de Père-Lachaise

Foto Marco Zouvek

Me tope con la literatura de Julio Cortázar en mi adolescencia. Desde entonces siempre me han acompañado sus libros en las diferentes etapas de mi vida de cronopio. Estar en París, la ciudad que lo enamoró y prácticamente se adueñó de él de forma compartida con su Buenos Aires, de esa manera que él tenía de escribir, pienso que habría sido un desperdicio partir de allí sin antes visitar algunos de los lugares por los que solía pasearse.

París. Rue Martel, 4

Foto Marco Zouvek 

Por último, en la capital francesa tenía que terminar una etapa de la investigación que desde hace más de cuatro años me tiene en una cautiva fascinación. El trabajo de documentación sobre la historia de uno de los últimos libros de la República Española, España en el corazón de Pablo Neruda (en publicaciones anteriores en este blog ya he escrito sobre este proyecto).

La sede Francois Miterrand de la Biblioteca Nacional de Francia conserva en sus archivos el único ejemplar de la primera edición francesa de España en el corazón que se puede consultar.  L’Espagne au coeur fue publicado por Ediciones Denoël en París el 30 de julio de 1938, para la Collection de  l’Association Internacionale des Éscrivains pour la Défense de la Culture,  traducido por Louis Parot y con un prólogo de Louis Aragon cargado de imágenes de gran fuerza poética, donde escribe sobre Neruda una opinión altamente consagratoria al declararlo como «uno de los más grandes poetas vivos del mundo entero».

L'Espagne au Coeur de Pablo Neruda traducido por Louis Parot

Foto Marco Zouvek

España en el Corazón es uno de los libros más raros que existen. La historia de este libro está envuelta entre la ficción y la realidad, entre el mito y la historia. Este libro único, que conserva la Biblioteca Francois Mitterrand (después de las ediciones que realizara en Chile publicaciones Ercilla en el año 1937 y 38), representa la primera reproducción en Europa de estos versos de Neruda y la primera vez que su obra era traducida al francés. Cuatro meses más tarde de la publicación de esta traducción en París del año 38, Manuel Altolaguirre iniciaría el mito al editar en el Monasterio de Montserrat dos publicaciones: una en noviembre del 38, de la que solo se conocen seis ejemplares en todo el mundo y otra en enero del 39, de la cual muy poco se tenía conocimiento y de cuya edición únicamente ha sobrevivido un ejemplar.

Del tiraje de la traducción francesa de Louis Parot solo se editaron 31 ejemplares, de los cuales salieron a la venta 25 y únicamente seis pasaron a una especie de reserva, numerados del I al VI. El ejemplar que conserva la Biblioteca Francois Mitterrand, no posee ninguna numeración. Una nota más que se suma a la larga lista de curiosidades y misterios que envuelven la historia de este libro.

Colofón L'Espagne au Coeur de Pablo Neruda

Foto Marco Zouvek

En 2004 la Casa Durán Subastas de Arte española subastó un lote de cartas manuscritas de Pablo Neruda junto a uno de los 31 ejemplares numerados de la edición francesa del 38 traducida por Louis Parot, según el artículo publicado por El Universal el 25 de enero de 2004.